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martes, 29 de mayo de 2007

BIENVENIDO AL FORO GENERAL


La conversación que da origen a este Foro inició el 2 de mayo de 2007, a partir de un texto que el poeta Mijail Lamas ingresó al Blog Poesía en Sinaloa.


Las preguntas que derivan de lo expresado por Lamas son consubstanciales a la escritura de poemas, pero también al hecho de componerlos en el idioma español.


Aquello que se interroga en este primer Foro es


1. La necesidad de una Poética

2. El aprendizaje de las formas clásicas

3. Comprender la tradición

4. Qué tan libre es el verso libre

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Consideraciones, acaso un acercamiento provisional, a una poética

miércoles, mayo 02, 2007

MIJAIL LAMAS

Siempre escribo para explicarme las cosas, para encontrar respuestas, para entender mi realidad más inmediata, quizá por eso siempre registro los acontecimientos más próximos a mi experiencia vital. Aunque todo lo anterior resulte una obviedad es necesario decirlo.

Hace algunos años, al darse el cambio de siglo, me dio por reflexionar sobre mi época, nada más inmediato que eso; discurrir sobre el pulso de la calle, de cómo esta influía en el amor, la amistad y otros sentimientos y de cómo estos se adaptaban o eran modificados por el entorno y la tecnología; el corazón y la mente encerrados en la soledad de las oficinas: Con todo eso vino una reflexión que me ocupo mucho tiempo: el quehacer del poeta en una época donde lo único que importa son los parámetros que miden la eficiencia y la producción. Me había venido apoyando en el discurso de los poetas de fin de siglo XIX y principio del XX, me emocionaba su anhelo de ruptura y cómo asimilaban con asombro la pirotecnia del progreso, esos discursos eran sentenciosos, optimistas algunos de ellos , otros terribles y sin esperanza. De aquellos modelos pretendía adquirir la verdad para descifrar mi época.

No me engañaba del todo, sabía que conceptos como modernidad y progreso estaban sobrepasados hace tiempo, lo que buscaba era el andamiaje crítico de esos textos. Sabía que el sujeto lírico que hablara en mis versos no debería tener concesiones ni consigo mismo, confieso que no creo haberlo logrado del todo.

En estas aspiraciones el elemento formal no destacaba, había practicado una versificación irregular en estos poemas, si algo de música hay en ellos es una muy acompasada, la música de un pensamiento enfocado más en lo que se dice que en el como se dice. Reconozco que en materia rítmica, hasta ese momento, no había nada establecido de manera deliberada, ya que carecía de una formación formal al respecto.

La mezcla tanto temática como rítmica dio como resultado un libro desbordado en la extensión de algunos textos, pero el libro en su totalidad, por bueno sólo tiene algún aventurado reclamo a nuestra época y la afortunada creación de un personaje: un hombre frente al monitor de una computadora, lugar en el que ha pasado más tiempo que frente al rostro de su amada.

En un panorama general diré que los versos elaborados en ese entonces se quedaban en una mera superficialidad, tan superficial como la época que pretendían retratar.

Ahora soy más ambicioso, hoy hablo del amor.

Para hacerlo me es necesario zambullirme hasta el fondo, no sólo a nivel sentimental. Para poder aprehender el amor en el poema y a su vez lograr explicármelo tengo que ir más lejos. Sólo un mejor conocimiento y uso de mis herramientas me lo permitirán.

Estos versos que ahora escribo han ganado en sobriedad, una mayor contención del sentimiento, una contundencia en la concreción del elemento poético gracias a un mayor conocimiento de mi material de trabajo. Todo lo anterior ha sido posible gracias a la intencionada reducción en el tamaño de los versos, lo cual es directamente proporcional a la capacidad de síntesis expresiva de los mismos. Esto ha sido posible gracias a combinaciones métricas regulares de versos endecasílabos y heptasílabos, así como encabalgamientos en el segundo hemistiquio de los endecasílabos y de los alejandrinos en el caso de algunos de mis poemas más logrados; igualmente combinaciones menos regulares de versos que oscilan entre los de cinco silabas a los de quince.

La consigna ha sido desde entonces convertir al poema en una maquinaría precisa, cada estrofa un organismo sólido y flexible que se comunique de manera natural en forma descendente con las otras, y cada verso una flecha certera y desbordante de sentido.

Aún espero los resultados, así como no hay nada definitivo.


UNA CREENCIA

Consideremos que no será posible lograr una nueva forma de expresión poética sin partir de la comprensión de nuestra tradición y las posibilidades que nos da el conocimiento de las formas clásicas y lo que en estas subyace.

Lo original parte de la reflexión que hagamos de nuestro origen y el reconocimiento del pasado.

Creo en la libertad del verso por el conocimiento del mismo, la libertad de un canto que fluye sin tropiezo es resultado de un atento estudio y conocimiento de su naturaleza; sin este conocimiento corremos el riesgo de repetirnos por no tener más posibilidades a nuestro alcance.

Para decirlo con Horacio

Pero si yo no puedo aquestas reglas
guardar, ni lo propuesto de las veces,
ni darles sus colores a la obras,
¿para que me saludan por poeta?
¿Y por qué quiero más desvergonzado
ignorar neciamente que aprenderlo?

(Arte poética)

Atendamos lo que nos dice Severo Sarduy:

En un momento en que la poesía ha llegado a un grado de total distensión, es decir de total insignificancia –en el sentido más semiológico del término-, en que cualquier acumulación de adjetivos se califica de "barroca", y cualquier pereza de "haiku", creo que un regreso a lo más riguroso, a los más formal, a ese código que es también una libertad…

Así las cosas.

Anónimo dijo...

SOBRE UN TEXTO ANTERIOR

jueves 24 de mayo de 2007

MIJAIL LAMAS

Ya han pasado algunos días desde que escribí un texto para el blog POESÍA EN SINALOA, que es un esfuerzo muy interesante por dar a conocer las voces del estado de Sinaloa, las cuales, hoy en día como es sabido, están dando de qué hablar a nivel nacional. El mencionado texto estaba dividido en dos: uno era una reflexión un tanto onanista de mi trabajo como poeta hasta el día de hoy, acompañado de una pequeña provocación titulada “Una creencia”, texto en el que hablaba sobre la necesidad de conocer al pie de la letra la métrica tradicional española. Pasados los días de su aparición en ese blog me llamó la atención que el único comentario era sobre una grave falta de ortografía en el título de uno de los escritos. Mi falta de seriedad hizo que mi respuesta fuera poco responsable, lo que me costó un regaño de quien dirige el blog, amable sí, pero regaño al fin. Al final de cuantas uno aprende de sus errores.

Pero el acontecimiento me puso a pensar que si acaso es necesario ser muy cuidadosos con las cuestiones ortográficas -vergonzosamente uno de mis puntos flacos-, considero interesante también discutir sobre lo que se planteaba ahí, pues creo que los conceptos abordados en los textos son de consideración y plantean preguntas como las siguientes:

¿acaso servirá de algo hacer una poética en el principio de una carrera literaria?

¿Qué utilidad tendría?

¿Por qué la reinante necesidad de los antologadores de poesía por no sólo pedir poemas sino también una poética?

Y respecto del tema de la métrica es valido preguntarnos lo siguiente:

¿será necesario para un poeta conocer la métrica y lo que ésta implica?

¿Qué tanto puede servir hacer versos medidos o una conciente combinación de ellos cuando es más cómodo hacer un verso libre por demás monótono?

Los invito pues a reflexionar un poco sobre este asunto.

Publicado por Mijail Lamas at 14:38

Cosme Álvarez dijo...

Invitación a Mijail Lamas

26 de mayo de 2007 14:15

COSME ÁLVAREZ

Cuando uno ha decidido ser escritor, cuando sabe que dedicará su vida al arte, y cuando el arte que ha elegido (o lo ha elegido a uno) está relacionado con las letras, nuestra pasión, si es auténtica (una necesidad, una urgencia), nos conduce a saber todo lo implicado en ella.

La escritura conlleva saber cómo se escribe; aprender las reglas de puntuación y ortográficas no es un fenómeno separado del acto de escribir, mucho menos cuando corresponde a una pasión real.

Lo mismo ocurre con el hecho de aprender las reglas de la métrica española; no se hace para esgrimirlas fatuamente o respetarlas con docilidad; forman parte del universo y de la profesión que hemos (o que nos ha) escogido.

En este contexto, no se trata de "pensar" a priori en una poética, sino que es consubstancial a nuestra necesidad, a la urgencia, a la pasión por la que nacen los poemas. Escribir poemas rápidamente nos conduce a preguntarnos por qué lo hacemos; de ahí nace por lo general la poética, que es instransferible, que no puede ser imitada, que no tiene otra base que el espíritu de uno mismo, y quizá que el corazón de uno mismo. El alma (llamésmosle así por falta de otra palabra menos abstracta) es LO intransferible.

Una poética nace del ejercicio mismo de componer poemas. Y los poemas, que surgen y hablan de la experiencia humana, provienen de lo que llamo "La voz de la mirada": el poema está hecho de versos, y cada verso es voz de lo que la experiencia humana ha visto.

En resumen, es posible y necesario aprender ortografía y las reglas de puntuación; ese aprendizaje forma parte de la pasión por las letras. Es posible y necesario aprender métrica española y conocer lo mejor posible la tradición de la lengua en la que uno escribe (lo cual no significa hacer a un lado o ignorar las otras tradiciones poéticas). Lo que no se puede es imitar, buscar, transferir una poética, eso corresponde al alma de cada poeta.

Si somos tocados por la urgencia del arte, y si tenemos la fortuna de responder a ese contacto, querremos saberlo todo acerca de lo que es nuestra propia vida y nuestro destino.


TRES APUNTES A MANERA DE POSDATAS

P.D. Si nos gusta una mujer, de inmediato queremos saberlo todo sobre ella, sus gustos, su pasado, sus planes, cómo llegó a ser la que es... Tal vez con la poesía no es distinto.

P.P.D. El apasionado de la música (pongamos por caso el rock o el jazz) querrá saber, si su pasión es verdadera, cómo se originó ese ritmo que lo apasiona; se pondrá a escuchar en lo posible todo lo existente de esa forma de expresión humana que lo seduce. El melómano de rock, igual que el de jazz, llegará al blues, al gospel y dará en la raíz del spiritual. El poeta busca en su tradición este sonido que, de ser un poeta verdadero, le quita el sueño.

P.P.P.D. Ni en la crítica ni en las aclaraciones nacidas del afecto hay regaño.


INVITACIÓN

Te invito a que traslademos y publiquemos esta conversación de manera simultánea en tu blog y en el de Poesía en Sinaloa.

Anónimo dijo...

Estimado Cosme:

Agradezco tu extensa respuesta y no puedo estar más de acuerdo contigo en relación a tus observaciones.
Yo quisiera agregar a todo esto una cuantas cosas más.

Primero, con relación al uso de las formas fijas de la versificación española clásica yo siempre he observado un profundo desprecio hacia ellas, no por leerlas sino por aprenderlas, sobre todo en poetas de mi edad e inclusive mayores que yo; curiosamente esto no pasa en poetas más jóvenes, quienes están muy atentos a este aprendizaje.
A diferencia de este desprecio por las formas del verso de acentuación prosódica, he de decir que yo no desatiendo las reglas de puntuación y ortografía; sólo me he descuidado por la apresurada escritura de mi blog, y por obvias que sean, las erratas no abundan, así que podríamos dejar de lado este punto.

Si observamos el desgastado uso del verso libre, que ya resulta monótono por la falta de combinaciones melódicas conscientes, se puede adivinar una falta de formación en la materia señalada. Cuando acudo a poetas del siglo XX, a los que admiro por su espléndida musicalidad en el desarrollo de su verso libre, resulta que en muchos de los casos se trata de una combinación sustentada en el heptasílabo o versos impares de 5, 7 u 11 sílabas o con acentuación en la sexta y la décima en el caso de los endecasílabos; vasta leer a Octavio Paz, Bonifaz Nuño, Alí Chumacero o Eduardo Lizalde para constatarlo.Lo que quiere decir que los poetas que admiramos son unos maestros en lo relacionado al conocimiento del verso medido de acentuación prosódica.

Debemos aprender las formas, luego de aprenderlas dominarlas, luego de dominarlas dejar que se incorporen a nuestro corpus práctico y que vayan y vengan con naturalidad en nuestra escritura. Soy de la idea de que quien no las aprenda no podrá ser llamado poeta.

Segundo, creo que imitar modelos es necesario; por medio de la imitación se llega al encuentro con la voz propia. Recordemos que lo original es el viaje al origen, hacer poemas al modo de tal o cual es una práctica de aprendizaje muy antigua, y además nuestras versiones siempre darán cosas nuevas y entablarán un diálogo con nuestros mayores.

En lo que concierne a la poética, coincido contigo en que ésta es la exposición de una experiencia intransferible, pues su ejercicio puede brindarle al que la lee respuestas sobre su propio quehacer poético, sobre todo si hablamos de las poéticas elaboradas por escritores que han construido ya casi en su totalidad sus obras, como sería el caso de Horacio y su epístola en verso que hoy conocemos como la “Poética de Horacio”. En un ejemplo más cercano tenemos el ensayo que escribe José Gorostiza para la recopilación de sus poemas en el libro “Muerte sin fin y otros poemas”, un texto muy esclarecedor escrito después de haber terminado en su totalidad su obra poética.
En el caso de un poeta cuya obra está en su comienzo, escribir una poética sirve principalmente para explicarse a uno mismo y detenerse a dialogar en relación con el trabajo propio. En ese sentido una poética ajena escrita en estos términos, no será de gran ayuda para el trabajo literario de otros escritores, sin embargo, ayudará a explicarles a los demás algunas cosas sobre el autor de dicha poética, si esa es la intención.

De manera muy general, esto es lo que deseaba agregar. Es un placer dialogar contigo.

Recibe un saludo y seguimos en contacto.

Mijail Lamas

Anónimo dijo...

Mijail, creo que Cosme ha dejado muy en claro que la poesía es un todo y que ese todo implica conocer ese todo (incluida la ortografía). Por cierto para la revista Viento en vela o para Alforja, lo que resulte primero estoy haciendo una muestra de poesía joven de sinaloa, quizá podrías ayudarme con algún texto panorámico. Un abrazo y ya te sumé a los contactos de mi blog.

un abrazo

Iván
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Leonel dijo...

La necesidad de una Poética.
No le veo la necesidad. Lo que el poeta necesita es mirada. Si no tiene mirada no tiene nada y cualquier intento por construir una poética será ridículo y estéril. La poética está en la mirada que permite escribir poemas. Uno no quiere escribir un tratado acerca de la poesía, uno escribe poesía. La poética es, en el mejor de los casos, lo que hablamos acerca de la poesía y nos permite dialogar.

El aprendizaje de las formas clásicas.
Confieso que no soy un estudiante concienzudo de las formas poéticas. Les pongo atención, que en mi caso es limitada por mi ignorancia, cuando el poeta que leo las usa y puedo verlas (las formas). En otras ocasiones se me pasan de noche, y en otras ocasiones el poeta que leo sabe menos que yo de las formas clásicas de poesía.
¿Es importante aprenderlas? Sí.
Así como es importante para un niño que aprende a hablar decir "sí" para afirmar, es importante saber leer para entender lo que otros han dicho.

Comprender la tradición.
¿La tradición es un camino con hospedajes a las orillas? Cada hospedaje es un poeta. Y cada caminante escoge su o sus hospedajes. Pero el poeta siempre sabe que está solo en el camino, no puede quedarse toda la vida en un hostal. Espero que esta respuesta no quede muy oscura.

Qué tan libre es el verso libre.
Hay una frase célebre de Pound y Eliot acerca de esto.
Lo que puedo decir sin citar es que la libertad está en las palabras pero no todas las palabras pertenecen a un poeta. Él se deja habitar por algunas de ellas, él no escoge. Así que la libertad está en dejarse habitar por algunas palabras y con ellas escribir hasta que se gasten. No sé qué sucede después, si es que algo pasa.
Creo que esto se refiere también a la métrica: las palabras, las que sí nos pertenecen, dictan su orden propio. Aquí empiezo, aquí acabo, nos dicen.

Saludos a los que le entren a este foro.

l.

Unknown dijo...

10 PUNTOS SOBRE TEMAS YA TRATADOS

1.- Sobre el ritmo y la métrica Ezra Pound dice: “Componer (escribir) siguiendo una secuencia análoga a la de la frase musical, y no en una secuencia de metrónomo.”
Pero hay que recordar que el sistema métrico y por lo tanto el ritmo de la lengua inglesa es muy diferente al del español. Ellos se rigen por un sistema muy parecido al de los pies métricos (yambos, troqueos, anapestos, etc…) de la poesía latina que están conformados por silabas largas y cortas.

Tiger! Tiger! burning bright
In the forests of the night,

En este ejemplo tomado de Blake hay tres pies métricos (tres troqueos que están formados a su vez por una sílaba larga y una corta) y medio, ya que la última sílaba es larga también, pero no tiene ni antes ni después un acompañante para completar el pie.
En español sería parecido a “Lana sube / lana baja”, en este caso la sílaba tónica de cada palabra estaría haciendo de vocal larga.
Tomando en cuenta estas distinciones, con respecto al verso en ingles, el caso del verso en español y su sitema métrico corre otra suerte.
Consideremos que un largo poema esté escrito en endecasílabos y siempre esté acentuado de la forma clásica (sexta y décima sílabas), la secuencia de metrónomo de la que habla Pound se podría dar fácilmente hasta fastidiarnos, pero Darío nos ha enseñado que echando mano de nuestro verso clásico en castellano, sus combinaciones métricas y sus distintas manera de acentuación, ese fenómeno de metronomo del que habla Pound no se dará.
Ya que hablamos de Darío, es él y José Asunción Silva quienes intentaron trasladar este sistema métrico latino al español, pero como dice Amado Alonso, no es una forma natural de nuestra lengua.

2.- Siguiendo con Pound: “En efecto, el verso libre ha llegado a ser tan prolijo y verboso como todas las formas flácidas que lo precedieron, lenguaje y fraseo son tan malos como los de sus antecesores sin tener siquiera la excusa de que las palabras se amontonan para cumplir un patrón métrico o para completar el ruido de un sonido rimado.”
O lo que es lo mismo, siempre es preferible un mal versificador que un mal escritor de verso libre.

3.- Un buen versificador no siempre es un buen poeta, pero un buen poeta siempre es un buen versificador. De todos los poetas que admiro no hay uno solo que no sea un maestro en esta materia.

4.-Las palabras no nos escogen a nosotros, nos son dadas por nuestra sircunstancia social, las llamadas palabras de la tribu (la lengua hace al hombre) y nosotros escogemos aquellas con las que trabajaremos (el artista crea su lenguaje); el poeta debe ser amo y señor de su obra; “Dales la vuelta, /cógelas del rabo (chillen, putas)…” dice Octavio Paz.
El poeta sabe que puede lograr la maravilla, pero el poema no se escribe solo, el poema no nos guía, el poeta guía al poema. El poeta es un trabajador.

5.-La pura inspiración, la visión, el llamado de las musas, el sobrecogimiento poético no hacen el poema. Cualquiera es sensible de experimentar ese estado. El solo arrebato lo que produce es el balbuceo o el grito inteligible, pero no entrega el poema. La técnica y el conocimiento del oficio, el uso adecuado de las herramientas, son lo que nos asiste en trasladar ese arrebato al campo de la obra de arte y es lo que hace que “un no sé qué que queda balbuciendo” se convierta en palabra.

6.-Las musas (el arte) nacen de la unión de Zeus y Mnemósine, rayo y memoria, rapto y sitematización de la técnica, visión deslumbrante y oficio.
Sin este binomio no hay arte.

7.-Quien no conoce bien todas las posibilidades del arte que practica no podrá ser completamente libre, su libertad estará limitada por su ignorancia.
Ya antes lo platicaba Cosme Álvarez: “Si nos gusta una mujer, de inmediato queremos saberlo todo sobre ella, sus gustos, su pasado, sus planes, cómo llegó a ser la que es... Tal vez con la poesía no es distinto.”

8.- Todos somos capaces de ver, somos susceptibles de tener mirada, la mirada se afina con el ejercicio de la contemplación, pero el poeta, al igual que necesita la mirada, necesita el oído. A un poeta el mal oído se le nota en la escritura.

9.-Al igual que mirada y oído, el poeta necesita claridad de pensamiento.

“Ponho na altiva mente o fixo esforço
Da altura, e à sorte deixo,
E as suas leis, o verso;
Que, quanto é alto e régio o pensamento,
Súbita a frase o busca
E o 'scravo ritmo o serve.”

“Pongo en la altiva mente el fijo esfuerzo
de la altura, y a la suerte dejo,
y a sus leyes, el verso;
que, cuando es alto y regio el pensamiento,
súbdita la frase lo busca,
y el esclavo ritmo lo sirve.”

Oda VII de Ricardo Reis

10.-Estoy de acuerdo en que la poética siempre es en el mejor de los casos un diálogo, quien dialoga aprende y enseña, aunque sea a sí mismo; ahí la utilidad del ejercicio de reflexión alrededor de la poesía.
A mí me gusta dialogar con Pound y Valery por ejemplo. Se platica muy a gusto con los muertos.

Anónimo dijo...

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COMENTARIO ACERCA DE LO NECESARIO PARA EL POETA

Mijail:

No tengo nada que discutir en cuanto a los aspectos técnicos de la poesía. Menos cuando citas lo que dijo Ezra Pound. En mi primera participación dije lo que tengo que decir acerca de este tema.

Siguiendo tu comentario, veo que dos palabras clave acerca de la importancia de aprender las herramientas técnicas de la poesía son «limitación» e «ignorancia». La limitación que nos impone la ignorancia: la ignorancia que se hace patente por nuestras limitaciones. Uno no sabe que carece de algo hasta que toca el hueco de esa carencia. Hasta que percibe el límite. Entonces, si no se distrae, verá que ignora lo que mira adelante. La discusión que alimenta este foro me acerca al límite de esa carencia mía en cuanto a las herramientas de la métrica.

Que quede claro: estoy de acuerdo en que es necesario conocer y aprender las herramientas del lenguaje y de la poesía. Pero me interesa señalar otro asunto, tan importante como el anterior.

Creo que hay algo que observar antes o al mismo tiempo que las reglas de la métrica. Esto es: la atención en la mirada del poeta. La métrica puede aprenderse, el mirar nadie lo enseña.

Hay un rigor, una observancia, que mueve la escritura de un poema y, más allá de las palabras, es la tensión que hace posible la manera en que miramos (escuchamos, tocamos, saboreamos) el mundo. Este rigor, observancia o mirada, dicta sus palabras, no nos deja salirnos con la nuestra: nada de versos lambiscones a nuestra vanidad, o que nazcan con un fin distinto a la expresión: dar a luz lo oscuro. Si es limpia, no hay control sobre la mirada. Todos los que somos o estamos por ser poetas hemos sentido esto.

El rigor con que se mira nos hace distinguir las palabras: llegan con certeza a quien sabe no estorbar a la mirada que en él sucede. De quien así escribe puede decirse que tiene mirada. Quien interfiere con este suceder tiene prejuicios ante lo que mira: escribe y ve aquello que puso ante el mundo y la realidad.

Yo no decido el tema o las palabras del poema que escribo. Digo lo que miro, y mi trabajo de poeta está en observar que ninguna letra diga algo falso respecto de lo que quiere expresarse desde mí, desde mi vida. Este es trabajo suficiente, y bastante arduo.

Cuando digo que las palabras nos escogen a nosotros no niego la memoria. Al contrario, es cuando no pienso que escribo un poema cuando la más alta memoria, o la más profunda, pues podemos creer que nos recorre como la sangre, puede imponerse e instaurar una secuencia verbal, cada palabra llena de su pasado. Lo que quiero decir es que podría haber un sentido en las palabras, una orientación, que no detectamos y no transmitimos cuando “nos sentamos a escribir un poema” con premeditación. Que hable la memoria que no es sólo la experiencia de Leonel Rodríguez o Mijail Lamas. Que hable la memoria que recuerda el hombre de Grecia, el alemán que camina bajo el sol, el amigo que perdió su pasado o la desconocida que camina sin presentirnos por la calle.

Con menor o mayor claridad, un poeta dice lo que su vida le hace decir, y ciertas palabras son las que le pertenecen. Éstas las escribe una y otra vez; el sentido (memoria) que en ellas habita, recurren a él. Me viene a la mente la primera parte del libro que Henry Miller dedicó a Rimbaud, El tiempo de los asesinos. Ahí se habla de estas palabras que pertenecen a un poeta.

No todas las palabras definen al poeta como ese puñado que lo circundan como moscas, que lo acompañan como únicas flores en el páramo de la realidad inabarcable.

No descarto la aparición de poetas que escriben con todo el lenguaje; lo que digo es que he observado que suele haber un grupo compacto de vocablos que son el núcleo del decir de una obra.

No veo el control que el poeta tiene con su obra, fuera de su riguroso NO ESTORBAR.

Trato de hacer ver la importancia del mundo interno, en quietud, que cada poeta carga consigo. Más que herramientas técnicas, el poeta necesita estar despierto a este mundo suyo que para la mayoría de las personas parece suceder en la noche más cerrada. Ese mundo interno es su mirada, mira de acuerdo con él, ese mundo es el terreno de donde brota la rama de su ojo.

Si se habita en este mundo interno, todo aquello que necesita expresarse encuentra su forma. El flujo y aliento de la expresión toman la forma de la garganta que lo dice. Si esa garganta, esa persona, no conoce los sonetos, difícilmente escribirá sonetos. Sí creo que las formas poéticas están ahí para usarse.

Depende del temperamento individual reconocer el momento en que el sentido de lo que se quiere decir y las herramientas se mezclan y dejan de ser algo abstracto o un juguete numérico, para ser un mismo movimiento.

Entonces, la pregunta que no se había formulado: ¿qué es la mirada? Es aceptar que lo que se presenta a nuestros ojos, a nuestra intuición, está formado por apariencias que se mueven, es decir: se presentan y se ausentan. Los fenómenos dejan de tener el nombre que les habíamos dado. No sé si dejan de ser, de tener ente: digo que desaparecen de la vista. El mundo y la vida son la metamorfosis instantánea. La mirada es la habitación de estos movimientos.

Esto es lo que quería decir, aunque haya sido poco claro en algunas partes. Se trata de ideas en formación y el valor que pueden tener es que podemos discutirlas. O no. La importancia está en la obra poética, puesto que somos poetas.

Saludos,

Leonel.

P.D. No veo la existencia de poesía escrita por obreros, por la clase media, o por millonarios. No veo eso que dices acerca de que las palabras «nos son dadas por nuestra circunstancia social». La poesía, sin adjetivos, la escribieron Villon y Dante, Píndaro y Homero. Su condición, la que puede interesarnos, no es social sino espiritual. Y si no es así, no hablamos de poesía sino de censos burocráticos.

Si entendí mal, corrige.
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Anónimo dijo...

El aprendizaje, el conocimiento de las formas literarias clásicas, como de la gramática -todo lo que ésta implica- la métrica y la versificación españolas es fundamental para cualquier escritor mexicano o hispanófono, cuanto más en los poetas, que se deben exigir más oído, pues creo que es la oportunidad de realizar un acercamiento íntimo a nuestra lengua, como a nuestra tradición lírica. De nosotros depende o dependerá acrecentar, moldear, deformar, corromper, resplandecer nuestro español mexicano a través del uso que le demos a nuestro idioma por medio de palabras que tienen que ver con el léxico/vocabulario que tiene y distingue a cada uno de nosotros y, que éste a su vez tiene y tendrá una relación intrínseca con lo que leemos, si es que leemos.

Por otro lado,también estoy de acuerdo y le apostaría de hecho a que si hay poetas que creen en la autenticidad de su expresión y en el canto de su espíritu deban tener "mayor conocimiento de su material de trabajo", me parece esencial.

Y para reiterar un poco "repetita placent", sigo de acuerdo con las siguientes palabras de Cosme:
"aprender las reglas de puntuación y ortográficas no es un fenómeno separado del acto de escribir, mucho menos cuando corresponde a una pasión real".

Saludos a todos mis paisanos desde Torreón, felicidades a Cosme Álvarez por este blog, por el foro y por el interés en la producción literaria sinaloense. Seguimos.

Julio César Félix

Unknown dijo...

LA ÚLTIMA

Como lo he dicho, mi creencia es que no sólo de mirada o gusto o tacto está hecho el poema, sino que hay una acumulación de elementos que son necesarios dominar, pues sin el dominio de éstos no hay obra de arte. Es importante no estorbar al poema dicen algunos, de acuerdo, pero no hay que dejarlo solo. El poema, vamos, la literatura en general no se escribe sola, sin control se falla. A quien se fía sólo a sus impulsos no le alcanza para crear, a quien se restringe tampoco.

“La Nature est un temple où de vivants piliers” dice Baudelaire, de este templo “Laissent parfois sortir de confuses paroles” continua. Esas palabras que aveces deja salir la naturaleza son confusas porque en esencia no son palabras, mas si un mensaje de elementos que son sensibles de ser percibidos. Es tarea del poeta descifrar ese vago mensaje que late en el universo de la creación, es de ahí de donde el poeta obtiene su material de trabajo, de esos gemidos de la naturaleza y de sus formas. Ojo, digo percibir. Se percibe con todos los sentidos.
Los elementos de la realidad no existen por separados, “Les parfums, les couleurs et les sons se répondent”, así que es necesario saber percibir esa correspondencia que establecen entre sí los objetos de la realidad sensibles al hombre.
El mirar es únicamente un elemento de nuestra sensibilidad, hacen falta delicadeza en el tacto y refinamiento en el oído para completar el cuadro.
Y sin embargo hay que ir más allá, descubrir que hay sabores que se pueden tocar, olores que se pueden oír, colores en los que se puede habitar. Estas son las verdaderas correspondencias de las que se nutre el alma del artista. En el caso particular del escritor, toda esta variedad de analogías entre los elementos de la realidad debe ser trasladada a un universo de sonidos, de palabras, de canto en el mejor de los casos; el caso del poeta.

Antes de Baudelaire Germaine de Stäel afirmó lo siguiente:
“Las analogías entre los diferentes elementos que componen la naturaleza… sirven para comprobar la ley suprema de la creación, la variedad en la unidad y la unidad en la variedad ¿Hay acaso algo más sorprendente que la relación entre los sonido y las formas, los sonidos y los colores?”

Las analogías que Stäel y Baudelaire perciben son reveladoras; lo que es exterior al poeta, los elementos de la realidad y lo que en ella subyace tiene una resonancia que puede ser descubierta y que a su vez puede corresponderse a las palabras y a sus sonidos, pero esas palabras hay que buscarlas, no aparecen solas como por arte de magia.
Por lo tanto en el caso del escritor lo que importa es trasladar lo experimentado sensiblemente al campo de lo sonoro.
Rimbaud hace un viaje a la inversa: las vocales en sus formas y sus sonidos también contienen elementos que se corresponden a la realidad.

En conclusión, las correspondencias logran revelar un universo de sentido latente entre el lenguaje y la realidad, pero se necesita una claridad muy elevada de pensamiento para discernir este fenómeno, que sólo el ejercicio del arte nos dará, junto a un extremado conocimiento de la lengua, como lo tenía el mismo Baudelaire de la suya.

Después de la anterior reflexión puedo agregar que no creo que sea solo mirada lo que necesita el poeta, sino una singular capacidad de percibir la realidad y lo que esta esconde; restringir nuestra sensibilidad y nuestra percepción al mero proceso de ver es limitar los otros sentidos.
El artista tiene que ser un espíritu refinado, en ese proceso de refinamiento del espíritu para el que el artista se prepara, todas las formas del sentir se incluyen.
No es el mirar sólo, sino el sentir en su totalidad y no solo sentir sino saber pensar lo sentido, eso es al final de cuantas lo que necesita el artista, es aquí donde aparece otra vez la relación entre el rayo y la memoria y “La memoria del hombre de Grecia, del alemán que caminó bajo el sol, etc…” es lo que se llama tradición, de ella nos nutrimos.

Lo que es propio del hombre es el lenguaje hablado, esto es en esencia lo que lo hace humano. Este le es dado por el hecho de haber nacido en sociedad, por su circunstancia social, que no es lo mismo que clase; el lenguaje propio del artista es adquirido por él mismo a partir de su ejercicio y su estudio.
Lengua, habla y lenguaje se relacionan pero no son la misma cosa, así como circunstancia social y clase social y lucha de clase no son la mismo.

Para terminar me gustaría agradecer a los participantes de este foro por la enriquecedora charla y el abierto diálogo; me ha servido en gran medida para explicar no sólo a ustedes sino a mí mismo muchas cosas sobre el quehacer literario. También quiero comunicarles que con esta aportación doy por terminada mi participación en el foro, creo que es tiempo de trascender este medio y trasladar estas reflexiones a ensayos mejor estructurados y menos al vapor.
Sin más por el momento, reciban un saludo y un agradecimiento.

Mijail Lamas

Anónimo dijo...

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Archipiélago de monólogos

Me llama la atención que en este foro las propuesta de Leonel y de Mijail no encuentren un punto de choque, es decir, cada uno escribe lo que piensa sobre temas relacionados con la creación poética pero dichos apuntalamientos no chocan entre ellos. Creo que la discusión se basa más en convencerse uno al otro de que sus argumentos no tienen costado flaco, sin embargo en el fondo creo que ambos están de acuerdo. Por ello las participaciones de ambos conforman un archipiélago de monólogos donde cada uno discurre sobre sus preocupaciones poéticas.

Mijail defiende la importancia de conocer la versificación española para poder escribir poemas. Bueno yo creo que una gran mayoría está de acuerdo con él, pero el problema es el tono un tanto catedrático que utiliza para expresar sus ideas. Yo pienso al igual que él, que un poeta debe de darse a la tarea de conocer su versificación, sin embargo creo que un poeta debe acceder a dicho conocimiento a través de la tradición, es decir, saber que es un endecasílabo a través de la lectura de los grandes poetas que lo han utilizado. Recuerden que el mundo literario también es el mundo de las imposturas, intentemos no convertirnos en esos maestros de español conocedores de todas las reglas gramaticales que son incapaces de redactar un texto con fluidez, intensidad y audacia. Creo que un aspirante a poeta debe adquirir sus conocimientos técnicos por el inmenso catálogo de su propia historia literaria y no debe aspirar a saber que un cadena fónica de ocho silabas (8 golpes de sonido) se llama octosílabo para poder leer con placer a Lope de Vega o poder escribir sin remordimiento un verso con tal medida. Las ideas de Mijail creo que no contradicen lo que estoy diciendo, creo que él no subrayo lo suficiente la importancia de adquirir estas “habilidades” por medio de la lectura de nuestros grandes poetas, creo que Mijail manejó más la idea de un “conocimiento teórico” un tanto más académico. Voy de acuerdo con ello pero creo que el primer acercamiento en todo caso debe ser el placer tanto rítmico como significativo de los poemas después vendrá lo otro. Primero tradición y posteriormente teoría.

En el caso de Leonel, veo inmediatamente una contradicción en su discurso, él no ve la necesidad de una poética, empero, su texto es una reflexión que sitúa a la mirada como punto de partida en el trabajo del poeta, es decir, está de alguna manera haciendo una reflexión sobre su propio proceso como creador, digamos está haciendo un bosquejo de poética. A mi me gustan algunas de sus ideas respecto a la mirada como fundamento del creador, y también creo que Leonel es consciente de la importancia de conocer cuestiones de índole técnico dentro de la poesía. Pienso que Leonel arrojó todo esto de la mirada al ver la ausencia dentro del foro de una perspectiva más terrenal en la discusión de algo tan vital como son los poemas, quizá equivoque en esta perspectiva, ya Leonel podrá responderme. Por otro lado no creo que lo único que el poeta necesita sea la mirada, en eso estoy de acuerdo con Mijail, el poeta es también música, conocimiento y habilidad, sin embargo es ante todo intuición y garra, es ante todo entraña, fuerza y asombro. De nada sirven las porcelanas líricas, las cajitas de música y los espejitos tremendistas, de eso estamos llenos por doquier. De nada sirve fragmentar la prosa para adquirir el falso prestigio del verso, allí están como prueba de este ejercicio de farsa varios de los poemas de la penúltima revista Tierra Adentro que dedicó su número a poetas jóvenes de México. Enfrentemos la creación y busquemos lo memorable con todas de nuestras armas tanto académicas como vitales.

Amigo Mijail y amigo Leonel, me despido dejándoles el abrazo de siempre, espero poder leer sus comentarios sobre lo que estoy diciendo, su brother el Frank Meza.

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Leonel dijo...

Francisco, el punto de choque es que la métrica y el alma de lo que se dice (eso a lo que he querido aludir con mirada) deben ser un mismo impulso. En alguna parte de la intervención anterior lo dije, aunque quizá muy de pasada y no con la claridad y contundencia que deben tener las participaciones en un foro de discusión.
En cuanto a la claridad de mis participaciones debo agregar otra cosa: cuando escribo "mirada" no debe entenderse solamente el sentido de la vista. El mirar poético incluye el tacto, el olfato, el oído, el gusto. Todos sabemos o intuímos que la poesía es el descubrimiento de las correspondencias que tejen el mundo; también, la invención de correspondencias con las que armamos lo que nos rodea. Acerca de ésto, Mijail Lamas citó a Baudelaire, pero me parece que no quiso conceder que "mirada" implica algo más que mover los párpados. Si digo "mirada" es seguramente por influencia de amigos que han meditado mucho acerca de esto y de algunas lecturas, pero ¿de qué otra manera se puede aludir con sencillez a la evidencia de la realidad? Uno dice mirada. El mundo es música que se mira, es aroma que colorea. Y sí, también es presencia que se palpa o que se degusta. En eso no está la discusión de este foro, me parece. O puede estar ahí, si lo hacemos interesante.
Como dices, Francisco, Mijail Lamas y yo hemos estado más de acuerdo de lo que la sequedad aparente de nuestras participaciones deja ver.
Otra cosa: No niego la existencia o la necesidad de la poética. Dije y digo que un poeta no necesita elaborarse una creencia ANTES de haber vivido y escrito su obra o parte esencial de ella. Si no estás adentro de la selva, ¿cómo dibujar su mapa? Me parece honesto presentar un poema propio a manera de poética, no una meditación en prosa: esto requiere de más vida en la selva de la que hablamos.
En lo anterior sí creo que me equivoqué porque no dije que mi opinión estaba enfocada en los poetas que empezamos a publicar, en los "jóvenes".

Mis comentarios acerca de la mirada pueden verse como una poética, pero no fueron escritos como un programa a seguir para mí mismo (mucho menos para otros), ni siquiera como una descripción de lo que escribo. Son meditaciones de cosas que me parecen evidentes.
Sí tienen lado flaco: son ideas en crecimiento para que podamos discutirlas. Ése fue mi intento de no quedarme en el archipiélago.
Seguramente hay cosas por discutir y por aclarar, pero me agrada que podamos hacerlo en este foro, tu participación quitó una piedra en este dique. Si deseas abundar acerca de la importancia de la métrica y de las herramientas técnicas de la poesía, seré un lector atento y seguramente aprenderé cosas, ya que Mijail ha renunciado a seguir enseñándonos.
Un saludo afectuoso,
l.

Gisella Perezarce dijo...

I don't know if we're allowed to post poetry here. My great-grandfather is Enrique Perez Arce. His daughter Laura Aram published books of poetry in Spanish and English. Her son, my father, Inrikwe, is also a very accomplished poet ( although unpublished). I wanted to write something in honor of them. However, what came out was very basic when I tried to write. If given the chance again, I will write something different.

Sinaloa
A land of hummingbirds.
Who has heard of your greatness?
Who has told of your love?
Is it the voice of Angels-
the voice of the turtledove?
I have heard-
am hearing, believing,
understood.
I am coming.
Take my hand.
My grandmother and I into
your promised land.

Gisella Perezarce
01-11-08

Gisella Perezarce dijo...

My grandmother, Laura Perez Arce Aram passed on tonight. I wanted to share a poem in her honor.

La Traviata, 1853

Verdi's fame eclipsed that of his predecessors.

He wrote of his long "years in the galley" to the Countess.

He remembered days of growing up in Milan.

You remembered Mexico, Paris, and the "Deep Purple" song.

Like Verdi, "How many dear and sad memories" followed you.

May the crucible of our loneliness kill us to.

In order to be re-born as a poetess, philanthropist, or political activist.

Making our mark for the world to see.

Now you are truly set free.

I love you.

September 2nd, 2008
Gisella Perezarce

Unknown dijo...

Hola Me quisiera contactar con el editor de este blog, ya que me gustaría se ingresara a su catálogo a Lucia Isabel Alcaraz Viedas, quien esta catalogada como la poetiza de Sinaloa, licenciada en educación por la UPN, ex colaboradora de los suplementos ancla y estrella del periódico El Debate de Culiacán, ex miembro de la Academia de la Cultura Hernández Tyler, en Sinaloa, escritora ex miembro de la SOGEM, México DF, Política, cuentista, ensayista, investigadora y autora del libro "Jesús G. Andrade, El Poeta Romántico de Sinaloa" Fallecida hace 7 años y olvidada por sus seres queridos (excepto yo, su hijo).

Cuento con toda su obra publicada e inédita desde sus primeros años como escritora hasta sus últimos días, fotos, manuscritos y muchas memorias de una mujer impetuosa, luchadora, idealista y madre ejemplar.

A mi en los personal, me encantaría obtener una respuesta de parte de ustedes y me permitan compartir este tesoro literario con el estado que me vio crecer.

Gracias
Jorge Antonio NIeto Alcaraz
Mexico, DF
jnieto29@gmail.com

Unknown dijo...

Hola Me quisiera contactar con el editor de este site, ya que me gustaría se ingresara a su catálogo a Lucia Isabel Alcaraz Viedas, quien esta catalogada como la poetiza de Sinaloa, licenciada en educación por la UPN, ex colaboradora de los suplementos ancla y estrella del periódico El Debate de Culiacán, ex miembro de la Academia de la Cultura Hernández Tyler, en Sinaloa, escritora ex miembro de la SOGEM, México DF, Política, cuentista, ensayista, investigadora y autora del libro "Jesús G. Andrade, El Poeta Romántico de Sinaloa" Fallecida hace 7 años y olvidada por sus seres queridos (excepto yo, su hijo).

Cuento con toda su obra publicada e inédita desde sus primeros años como escritora hasta sus últimos días, fotos, manuscritos y muchas memorias de una mujer impetuosa, luchadora, idealista y madre ejemplar.

A mi en los personal, me encantaría obtener una respuesta de parte de ustedes y me permitan compartir este tesoro literario con el estado que me vio crecer.